El 25 de septiembre de 1973, el grupo conducido por Juan Julio Roqué asesinó a Rucci cuando éste salía de la casa de calle Avellaneda 2953 en el barrio de Flores.
Posteriormente, cuando en Montoneros conocieron (por
los medios de difusión) que el dirigente obrero peronista tenía 23 impactos de
bala, denominaron a la operación “Operativo Traviata”, porque el comercial de
las galletitas Traviata decía: “Las de los veintitrés agujeritos”.
El asesinato no fue reivindicado por sus autores y la conducción de Montoneros, que no tomó ninguna medida interna contra los responsables, negó enfáticamente la autoría del hecho. Todavía en 1997, Roberto Cirilo Perdía escribió: "Las balas que segaron su vida pudieron haber partido desde diferentes trincheras. Pero la mayor parte de las miradas apuntaron hacia nosotros. Más allá de quien haya sido el ejecutor material de este hecho, nosotros pagamos su costo político (...) Desde todo punto de vista la muerte de Rucci favoreció el avance de las políticas opuestas a nosotros (...) La actividad paramilitar del Estado contra nosotros encontró una excusa para fortalecer su accionar".
Pero pese a esto, dos años después de la muerte de
Rucci, en Junio de 1975, Montoneros se adjudica su asesinato en la publicación
"Evita Montonera", en el número 5 de la misma, página 18, bajo el
apartado de "Justicia Popular" donde expresa que fue
"ajusticiado" junto a Félix Navazzo, Martín Salas, Víctor Sánchez,
Juan Carlos Mariani, entre otros, a quienes señala como participantes en
"La Masacre de Ezeiza" contra esa organización.