9 de enero de 2011

La falta de billetes ya golpea en todo el país.



Apenas llevaban unas horas atendiendo al público y Roberto Sanguinetti imaginó que lo peor no había llegado Las quejas empezaban a transformarse en insultos y el malestar en bronca.

La falta de efectivo se repitió ayer en todo el país. Desde Moreno, en pleno Conurbano Bonaerense, hasta Mar del Plata y Rosario.

Los más perjudicados: los que cobran del Estado, docentes, jubilados pero también los que esperan el día D para llevarse a casa la plata de un plan social. Los cajeros secos también se ocuparon de aguar las estadías de los que quisieron dinero fresco en la Costa Atlántica o en centros turísticos del interior como Villa Carlos Paz.

Desde que comenzaron los problemas con el efectivo, en noviembre pasado, ayer el Banco Central reconoció por primera vez que existe escasez de billetes y anunció un operativo para recargar los cajeros automáticos durante todo el fin de semana.

En el Central admiten que las zonas más afectadas son Santa Fe y Buenos Aires, y aseguraron que hacia allí se enviará el grueso del dinero de este operativo que se extenderá hasta el martes.

Nada parece haber cambiado desde que comenzaron a faltar los billetes. Ayer, los argumentos fueron los mismos: la Casa de la Moneda opera al máximo de su capacidad y la causa –dijeron las fuentes del Central– es un “pico estacional” producto de los que quieren cobrar su sueldo junto a los que se van de vacaciones.

Lo cierto es que la falta de efectivo afecta sobre todo a las entidades públicas, donde cobran los empleados estatales. Hasta ahora, no parecen haber servido mucho los aviones que desde el 9 de diciembre traen billetes desde la Casa de la Moneda de Brasil. Fuentes del Banco Provincia reconocieron que hasta comienzos de la próxima semana no habrá “cambios drásticos” en la situación.

Las demoras del Central, además, empezaron a generar malestar entre los banqueros que tienen que responder ante sus clientes por la falta de billetes.